NUESTRO MARCO DE REFERENCIA Y EL PREJUICIO PERCEPTUAL
Lic. Ramón Beltrán Costa, 2011
Consideraciones
preliminares
El presente trabajo fue presentado como ponencia- con
algunas correcciones efectuadas para la Materia Psicología
y Creatividad aplicadas a la Negociación del Posgrado en Negociación de la
U.C.A.- en la Academia
de Estrategia en Junio del año 2000 con el propósito de demostrar que para que
haya estrategia antes debe haber estrategas que las conciban, precisamente,
desde su M. de R. Dada su importancia la explicamos a continuación.
Su punto de partida es el siguiente: cuando necesitamos
encarar una estrategia lo hacemos en general como si se tratara de una
actividad ajena a quien la concibe: el estratega. Hoy hemos
redescubierto a Sun Tzu (1), el más grande de todos los estrategas militares
conocidos, de gran predicamento entre los empresarios de todo el mundo, y quien
estableció un principio que no pudo ser refutado aún: No hay estrategias sin
estrategas que la conciban.
Ocurre que cuando escudriñamos la mente del
estratega nos encontramos con una primera dificultad semántica: el término
mente, ya que cuenta con unas cien acepciones. ¿Cómo elegir una unívoca e
inequívoca entre tantas? Consultando a los más célebres epistemólogos y
científicos como llya Prigogine, Heinz von Foerster y Jurgen Habermas, entre
otros, prefirieron optar por un término que fuera más preciso y puro en su
concepción y, aprovechando el creciente desarrollo del pensamiento complejo,
uno que sea totalmente nuevo pero que se basara en investigaciones transdisciplinarias
complejas y probadas o falsadas..
En la
Academia de Estrategia esta decisión fue bien recibida poco
más de un año antes de mi presentación por los académicos, especialmente por el
Dr. Remo Entelman,
su último presidente lamentablemente fallecido en mayo de 2007, el Brigadier
Mayor (RA) Carlos Corino
y los lamentablemente desaparecidos Dres. Federico Frischknecht, Vicente Vázquez Presedo,
General José Teófilo Goyret y Dr. Luis Nitti, ex presidente de la Academia.
Estas consideraciones me llevaron a replantear el tema y
reencauzar la investigación que venía realizando. Una vez aclaradas estas
consideraciones vayamos a las conclusiones obtenidas.
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Los últimos aportes transdisciplinarios que nos brinda la
psico-socio-neuro-biología nos demuestran que desde la cuarta semana de
embarazo comienza a gestarse nuestra percepción del mundo, inicialmente
al nivel de sensaciones profundas y, a través de ella, comenzamos a
representarnos situaciones, a tomar referencias del mundo que vamos conociendo
y que muchas de ellas suelen perdurar.
Además las investigaciones psico-biológicas, desde
Korzybski (2), nos demuestran que existe una diferencia irreductible entre el
mundo y nuestra representación de él. Esto quiere decir que cada uno de
nosotros crea una representación del mundo en el que vivimos, es decir, creamos
una especie de mapa o modelo que nos permite generar nuestros comportamientos y
movernos en ese mundo. ¿Cómo surge esto? ¿Cómo se construye este mapa o modelo,
esto que desde las perspectivas transdisciplinarias preferimos denominar Marco
de Referencia?
Ø Por estar constituidos por los códigos
genéticos del ADN - ácido desoxirribonucleico - que provienen de
nuestros padres y ancestros;
Ø por la percepción de las referencias
que van integrando nuestros circuitos cerebrales, que destacáramos en la página
anterior y que responden al placer recibido o no, ya que el significado vendrá
recién con la madurez,
Ø y por las experiencias que iremos
seleccionando entre todas las que vivamos y que se irán integrando desde el
grito primal (3) de nuestro nacimiento en más;
Ø Luego las sucesivas percepciones
de otras referencias, como el aprendizaje que iremos acumulando- consciente e
inconscientemente- e irán modelando un M. de R. más completo y estable hasta
llegar a la adultez. Esta percepción - con todas sus limitaciones (neurológicas
sociales, individuales) - nos permitirá ir creando sucesivas representaciones
que irán constituyendo un modelo, un Marco de Referencia personal, que se irá
estabilizando hasta convertirse en nuestra verdad, en nuestro paradigma
personal y condicionando nuestro pensamiento (4) y comportamientos (5).
Entonces caben al menos dos observaciones:
Primero, hay una diferencia irreductible entre el mundo y
cualquier representación que tengamos de ese mundo.
Segundo, el modelo o Marco de Referencia que cada uno cree será diferente
del de cualquier otro.
De esta manera caemos en cuenta que no operamos
directamente sobre el mundo, sino que operamos desde nuestro M. de R., sobre
aquello que recortamos del medio ambiente y llamamos "el mundo".
Percibimos imágenes de la realidad circundante e interna concordantes con lo
que nuestro M. de R. nos permite. Esto ocurre de esta manera porque nuestro
cerebro no puede retener todo lo que nuestros sentidos perciben. La función de
la percepción y del sistema nervioso - tal como lo señalara Aldous Huxley (6)
hace mucho tiempo, pero sin la verificación empírica que hoy disponemos gracias
a los avances tecnológicos,- consiste en protegernos de ser abrumados y
confundidos por esta masa de conocimientos, en gran medida inútiles y sin
importancia. Pero observemos que nos decía Huxley:
"El cerebro permite que dejemos afuera la mayor parte de todo
aquello que de otra forma debería estar percibiendo y recordando en todo
momento, y nos quedemos únicamente con esa pequeña y especial porción que nos
pueda resultar de utilidad práctica".
Luego
añadía...
“"Para que la supervivencia biológica sea posible, la mente no
confinada tiene que ser encauzada por el ‘embudo' de válvula reductora que
constituye el cerebro y el sistema nervioso. Lo que sale del otro extremo es un
escuálido goteo tal como el que constituye la conciencia y que nos ayudará a
permanecer vivos en la superficie de este singular planeta".
Nuestra experiencia
y las posibilidades de acción que tenemos dependen, entonces, de ese M. de R.
que creamos activamente de nosotros y no de algo que está ya ahí afuera de
nosotros. Está armado por nosotros, construido por nosotros. “La percepción
exterior y la percepción del propio cuerpo varían conjuntamente porque son las
dos caras de un mismo acto”, nos señalaba Maurice Merleau-Ponty (7) hace unos
cuantos años. Así vamos comprendiendo como nuestro M. de R. constituye la base
de nuestro comportamiento.
A su vez, Carl R. Rogers y su “Enfoque Centrado en la Persona”, (8) nos
brindaron un aporte fundamental para comprender el comportamiento y las
actitudes. El Comportamiento es aquello que todos percibimos de lo que porta
una persona para con los demás, lo que com-porta. Este
comportamiento se encuentra condicionado por lo que subyace en el ser humano,
sus actitudes. Estas actitudes son las que reflejan el M. de R. de cada uno por
ser estructuras psíquicas permanentes - pero no fijas ni estáticas - elaboradas
bajo la presión del medio ambiente en donde crecemos, nos desarrollamos y
morimos. Rogers definió la actitud como la predisposición a actuar, como lo
previo a cualquier comportamiento y nos lleva a actuar.
Siendo la negociación un caso particular de comunicación humana,
en donde buscamos intentar superar conflictos para lograr un acuerdo, sabemos
que nuestras actitudes estarán presentes en todo proceso de negociación y puede
jugarnos malas pasadas, si es que no estamos atentos y las desconocemos en ese
preciso momento. Entonces habrá que reconocer nuestras actitudes y las de la
otra parte tanto como reconocer nuestro M. de R. y el de la otra parte. Es
cierto que el desconocimiento de nuestras actitudes y M. de R. puede aumentar
el grado de incertidumbre. Para superarla, el enfoque Sistémico nos señala que
podemos superar las incertidumbres porque poseemos el atributo de la viabilidad, es decir la habilidad de
responder a estímulos no previstos de manera apropiada. Esencialmente se trata
de la habilidad de poder reconocer la necesidad de cambio o adaptación a las
nuevas condiciones. (9)
El reconocimiento de esta necesidad será factible si
estamos en condiciones de poder modificar nuestro M. de R. Esto es fundamental
desde el rol del negociador o del coach, ser flexibles con nosotros mismos para
poder serlo con los demás. Sabemos que las referencias
que nos han sido útiles hasta ahora, pueden estar actuando en contra de las
nuevas situaciones de incertidumbre, para generar un pensamiento estratégico
que nos permita encararlas con éxito.
Sintetizando, el comportamiento de cada uno se basa en su
M. de R .y a él nos remitimos constantemente. Todos los seres humanos tienen un
repertorio habitual de comportamientos con los que van a abordar a otros, los
que a su vez suelen tener algunas maneras de responder a estos comportamientos.
Estas respuestas también se encuentran entre las habituales que recibe el que
las provocó. De esta manera se va reforzando el M. de R. Percibo al mundo así,
me conduzco en él de acuerdo a cómo lo percibo, lo que recibo como respuesta es
siempre lo mismo, reafirmo así mi percepción del mundo. De acuerdo a mi M. de
R. "esperaba" esa respuesta, la recibo, conformo mi modelo.
EL PREJUICIO PERCECPTUAL
Pautas regulares de comportamiento producen pautas
regulares de respuestas en el medio que nos afirman nuestro modelo del mundo.
Esto suele llamarse desde distintos enfoques teóricos, profecías auto cumplidas
(Paul Waztlawick) circuitos autoperpetuantes, compulsión a la repetición
(Freud) o, desde nuestra óptica transdisciplinaria, prejuicio perceptual. El modelo o M. de R. del mundo pasa de
esta manera a ser incuestionable: el mundo es
así, no es que yo lo perciba así. Pasa a constituirse en mi verdad y, desde
la manera antes descripta, en la verdad.
Así se constituye en la base de todo conflicto. Así surgen nuestras
interpretaciones del mundo o de cualquier situación.
Las personas inseguras necesitan de su verdad para
asegurarse y abroquelarse en ella. Mientras que las personas seguras, en
cambio, indagan en las experiencias de los demás para ampliar su conocimiento,
luego decidirán si las incorporan o no a sus M. de R. Esta actitud les
permitirán ubicarse desde distintos puntos de vista ("hay otros modos de
observar lo mismo"), otras decodificaciones, otras interpretaciones del
mundo, de cada hecho, lo cual les brinda la posibilidad de conducirse de
distintas maneras, generando muchas alternativas y ampliando su manera de
percibir.
Como podemos observar en los encuentros cuando necesitamos
buscar acuerdos la empatía juega un papel muy importante. La hipótesis que
desarrollamos en el Centro de Investigación en Comportamiento Humano, bajo la
coordinación del Lic. Roberto Campitelli (5), sostiene que todo ser humano
reacciona de acuerdo a lo que percibe en su medio y conforme a su M. de R.,
buscando establecer una estrategia que le permita ejercer el control de las
variables en juego, que le brinden el nivel de seguridad indispensable para
poder resolver los campos de incertidumbre generados por los cambios que pueden
amenazarlo y restarle oportunidades.
A su vez más recientemente, Peter Belohlavek (10) descubridor
de la estructura del concepto y creador del enfoque Unicista señala, con
acierto, que la percepción es la síntesis de todos los sentidos actuantes,
destacando que los seres humanos tendemos a percibir aquello que nos resulta
conveniente y distorsionar aquello que nos resulta amenazante. ”Esta conducta
hace a toda la naturaleza humana” afirma y luego enuncia una comprobación
fundamental:
“Sólo tienen una
buena capacidad de percepción aquellas personas que tienen una adecuada
valoración de sí mismos, lo que les permite un grado de discernimiento entre el
afuera y el adentro de ellos mismos.” El observador es, indudablemente parte del medio que observa,
por ello influye en él y, al mismo tiempo, es influido por él. (Cibernética de
segundo orden de Heinz von Foerster):
Alcanzar un grado de objetividad de la observación
implica, por ende, un nivel de autoconocimiento importante que requiere de una
fuerte autovaloración. Es esta valoración la que permite tomar estímulos externos que potencialmente,
modifiquen la inserción del ser humano en el medio. El tomarlos, lo obligan a
una modificación de conductas que sólo puede imaginarse quienes se sienten capaces
de desarrollar nuevas acciones”.
Entonces la percepción –sigue Belohlavek- no se basa en
opiniones, a pesar de que es uno de los caminos para abordarla. Las opiniones,
en la medida que carecen de fundamento, desvían al ser humano en su camino a
percibir la realidad” (10).
Por eso que si en nuestro M. de R. contamos con muchas
opiniones en lugar de conocimientos la distorsión de la realidad será grande,
como suele ocurrir en los debates televisivos en donde todos opinan pero no se
establece un conocimiento cierto al cual atenerse.
Entonces será necesario tener en claro que nuestro M. de
R. es el que nos permite manejarnos en este mundo y que no es idéntico al
territorio que describe e interpreta. El mapa nunca es el territorio, es solo
el M. de R. que tenemos del mundo. Ya Korbzyzki en 1933 señalaba con acierto
“el mapa no es el territorio”.
Siendo la negociación un caso particular de comunicación
humana en donde buscamos un acuerdo, nuestras actitudes y prejuicios
perceptuales estarán presentes en todo proceso de negociación y puede jugarnos
malas pasadas, si no estamos atentos y las desconocemos en ese preciso momento.
Entonces habrá que reconocer nuestras actitudes y las de la otra parte tanto
como reconocer nuestro Marco de Referencia y el de la otra parte. Esencialmente
se trata de la habilidad de poder reconocer la necesidad de cambio o adaptación
a las nuevas condiciones.
El reconocimiento de esta necesidad será factible si
estamos en condiciones de poder modificar nuestro M. de R. Esto es fundamental
desde el rol del negociador, de coach, ser flexibles con nosotros mismos para
poder serlo con los demás. Sabemos que las referencias
que nos han sido útiles hasta ahora pueden estar actuando en contra de las
nuevas situaciones de incertidumbre para generar un pensamiento estratégico que
nos permita encararlas con éxito.
¿Cuantas
organizaciones laborales fueron desapareciendo por no adecuarse a los cambios que llegaron
vertiginosamente? ¿Cuántas de ellas se mantuvieron en el
prejuicio perceptual que les
impidió y les impide actualmente modificar el M. de R. sobre las situaciones
cambiantes del medio ambiente en donde operaban?
Carlos Médico Algañaraz, nuestro asociado, llama a esta situación retronoción (11) por estar
operando en nosotros desde un tiempo pasado y acríticamente. Y pese a saberlo,
recurrimos a menudo a esta retronoción por ser más cómodo que ponerse a pensar
la nueva situación que se nos presenta.
Creemos que las organizaciones
laborales, tanto como el ser humano - y al ser aquéllas una proyección continua
de éste -, son hologramas a los que se puede acceder por cualquiera de las
partes que la componen (subsistemas del sistema que integran).
Y esto es lo que ocurrirá en nuestro país si las
instituciones de todo tipo no se adecuan a la nueva situación y persisten en
estrategias, exitosas en otras situaciones, pero ante la realidad única y
cambiante ya no son las adecuadas.
El proceso de centrarse en la experiencia se va
construyendo en una praxis cotidiana - siguiendo a Merleau Ponty - es decir, en
una interacción continua con ese particular mundo que son las distintas
situaciones por las que atravesamos y que nos llevan a ampliar continuamente
nuestro M. de R.
(1) Sun Tsu: “El arte de la Guerra”.Liderazgo y
estrategia. Ed. Coyuntura.1997. En realidad se trataba del general Sun Tse Ping Fa (siglo VI a J.C.) pero se lo
conoce en Occidente como SunTsu.
(2) Korzybski, Alfred: “Science and Sanity”, 1933.The
International Non-Aristotelian, Library & Publishing Company, Lakeville, Connecticut.
USA.
(3) Primal. Se denomina así en
psicobiología al grito con el que respondemos a la estimulación del obstetra ni
bien nacemos.-
(4) Paradigma: Thomas Kuhn se
refiere con este término a la concepción prevaleciente del mundo a nivel del
pensamiento más alto, filosófico y científico, en un momento de la historia y
el devenir de los tiempos. Ver Kuhn, T. “La estructura de las revoluciones
científicas”, Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
(5)
Campitelli, Roberto L.: El comportamiento humano, publicación del Centro de
Investigación en Comportamiento Humano, Buenos Aires, 1988 y “De Babel a la
Asamblea. Ensayo sobre la patología de la especie”. Ed. Argenta, Bs.As. 2007
(6) Huxley, Aldous: “The door of perception”.
Harper & Row, N.York. 1954., (hay edición en castellano “Las puertas de la
percepción”, Editorial Sudamericana, 2001)
(7) Merleau-Ponty,
Maurice”: Fenomenología de la
Percepción”, Ed. Península, España, 1983.
(8) Rogers,
Carl R. & KINGETT, Marian: “Psicoterapia y Relaciones Humanas”, Ed. Alfaguara,
Barcelona, 1972.
(9) Chapiro. Jorge: “Poder y
autonomía. Diagnóstico, diseño y gobierno de Organizaciones”. Ed.
Manrique Zago, 1990. citando a Staford Beer en “Diagnosing the System”, John
Wiley & Sons, 1985, NY. USA.
(10)
Belohlavek, Peter : “Estrategia Unicista” ,Editorial del Unicist Institute de la Colección Back to
basics, Buenos Aires, 2000.
(11)
Medico Algañaraz, Carlos: La transdisciplinariedad o el re-encuentro con la
persona, en Revista Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Ediciones.
A.C.A.P.I.L.,Mayo de 1993