lunes, 14 de noviembre de 2011

NUESTRO MARCO DE REFERENCIA Y EL PREJUICIO PERCEPTUAL




 NUESTRO MARCO DE REFERENCIA Y EL PREJUICIO PERCEPTUAL




 Lic.  Ramón Beltrán Costa, 2011

Consideraciones preliminares

El presente trabajo fue presentado como ponencia- con algunas correcciones efectuadas para la Materia Psicología y Creatividad aplicadas a la Negociación del Posgrado en Negociación de la U.C.A.- en la Academia de Estrategia en Junio del año 2000 con el propósito de demostrar que para que haya estrategia antes debe haber estrategas que las conciban, precisamente, desde su M. de R. Dada su importancia la explicamos a continuación.

Su punto de partida es el siguiente: cuando necesitamos encarar una estrategia lo hacemos en general como si se tratara de una actividad ajena a quien la concibe: el estratega. Hoy hemos redescubierto a Sun Tzu (1), el más grande de todos los estrategas militares conocidos, de gran predicamento entre los empresarios de todo el mundo, y quien estableció un principio que no pudo ser refutado aún: No hay estrategias sin estrategas que la conciban.

Ocurre que cuando escudriñamos la mente del estratega nos encontramos con una primera dificultad semántica: el término mente, ya que cuenta con unas cien acepciones. ¿Cómo elegir una unívoca e inequívoca entre tantas? Consultando a los más célebres epistemólogos y científicos como llya Prigogine, Heinz von Foerster y Jurgen Habermas, entre otros, prefirieron optar por un término que fuera más preciso y puro en su concepción y, aprovechando el creciente desarrollo del pensamiento complejo, uno que sea totalmente nuevo pero que se basara en investigaciones transdisciplinarias complejas y probadas o falsadas..

En la Academia de Estrategia esta decisión fue bien recibida poco más de un año antes de mi presentación por los académicos, especialmente por el Dr. Remo Entelman, su último presidente lamentablemente fallecido en mayo de 2007, el Brigadier Mayor (RA) Carlos Corino y los lamentablemente desaparecidos Dres. Federico Frischknecht, Vicente Vázquez Presedo, General José Teófilo Goyret y Dr. Luis Nitti, ex presidente de la Academia.

Estas consideraciones me llevaron a replantear el tema y reencauzar la investigación que venía realizando. Una vez aclaradas estas consideraciones vayamos a las conclusiones obtenidas.
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Los últimos aportes transdisciplinarios que nos brinda la psico-socio-neuro-biología nos demuestran que desde la cuarta semana de embarazo comienza a gestarse nuestra percepción del mundo, inicialmente al nivel de sensaciones profundas y, a través de ella, comenzamos a representarnos situaciones, a tomar referencias del mundo que vamos conociendo y que muchas de ellas suelen perdurar.
Además las investigaciones psico-biológicas, desde Korzybski (2), nos demuestran que existe una diferencia irreductible entre el mundo y nuestra representación de él. Esto quiere decir que cada uno de nosotros crea una representación del mundo en el que vivimos, es decir, creamos una especie de mapa o modelo que nos permite generar nuestros comportamientos y movernos en ese mundo. ¿Cómo surge esto? ¿Cómo se construye este mapa o modelo, esto que desde las perspectivas transdisciplinarias preferimos denominar Marco de Referencia?

Ø      Por estar constituidos por los códigos genéticos del ADN - ácido desoxirribonucleico - que provienen de nuestros padres y ancestros;
Ø       por la percepción de las referencias que van integrando nuestros circuitos cerebrales, que destacáramos en la página anterior y que responden al placer recibido o no, ya que el significado vendrá recién con la madurez,
Ø      y por las experiencias que iremos seleccionando entre todas las que vivamos y que se irán integrando desde el grito primal (3) de nuestro nacimiento en más;
Ø      Luego las sucesivas percepciones de otras referencias, como el aprendizaje que iremos acumulando- consciente e inconscientemente- e irán modelando un M. de R. más completo y estable hasta llegar a la adultez. Esta percepción - con todas sus limitaciones (neurológicas sociales, individuales) - nos permitirá ir creando sucesivas representaciones que irán constituyendo un modelo, un Marco de Referencia personal, que se irá estabilizando hasta convertirse en nuestra verdad, en nuestro paradigma personal y condicionando nuestro pensamiento (4) y comportamientos (5).

Entonces caben al menos dos observaciones:

Primero, hay una diferencia irreductible entre el mundo y cualquier representación que tengamos de ese mundo.

Segundo, el modelo o Marco de Referencia que cada uno cree será diferente del de cualquier otro.

De esta manera caemos en cuenta que no operamos directamente sobre el mundo, sino que operamos desde nuestro M. de R., sobre aquello que recortamos del medio ambiente y llamamos "el mundo". Percibimos imágenes de la realidad circundante e interna concordantes con lo que nuestro M. de R. nos permite. Esto ocurre de esta manera porque nuestro cerebro no puede retener todo lo que nuestros sentidos perciben. La función de la percepción y del sistema nervioso - tal como lo señalara Aldous Huxley (6) hace mucho tiempo, pero sin la verificación empírica que hoy disponemos gracias a los avances tecnológicos,- consiste en protegernos de ser abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos, en gran medida inútiles y sin importancia. Pero observemos que nos decía Huxley:

"El cerebro permite que dejemos afuera la mayor parte de todo aquello que de otra forma debería estar percibiendo y recordando en todo momento, y nos quedemos únicamente con esa pequeña y especial porción que nos pueda resultar de utilidad práctica".

Luego añadía...

“"Para que la supervivencia biológica sea posible, la mente no confinada tiene que ser encauzada por el ‘embudo' de válvula reductora que constituye el cerebro y el sistema nervioso. Lo que sale del otro extremo es un escuálido goteo tal como el que constituye la conciencia y que nos ayudará a permanecer vivos en la superficie de este singular planeta".

Nuestra experiencia y las posibilidades de acción que tenemos dependen, entonces, de ese M. de R. que creamos activamente de nosotros y no de algo que está ya ahí afuera de nosotros. Está armado por nosotros, construido por nosotros. “La percepción exterior y la percepción del propio cuerpo varían conjuntamente porque son las dos caras de un mismo acto”, nos señalaba Maurice Merleau-Ponty (7) hace unos cuantos años. Así vamos comprendiendo como nuestro M. de R. constituye la base de nuestro comportamiento.

A su vez, Carl R. Rogers y su “Enfoque Centrado en la Persona”, (8) nos brindaron un aporte fundamental para comprender el comportamiento y las actitudes. El Comportamiento es aquello que todos percibimos de lo que porta una persona para con los demás, lo que com-porta. Este comportamiento se encuentra condicionado por lo que subyace en el ser humano, sus actitudes. Estas actitudes son las que reflejan el M. de R. de cada uno por ser estructuras psíquicas permanentes - pero no fijas ni estáticas - elaboradas bajo la presión del medio ambiente en donde crecemos, nos desarrollamos y morimos. Rogers definió la actitud como la predisposición a actuar, como lo previo a cualquier comportamiento y nos lleva a actuar.

Siendo la negociación un caso particular de comunicación humana, en donde buscamos intentar superar conflictos para lograr un acuerdo, sabemos que nuestras actitudes estarán presentes en todo proceso de negociación y puede jugarnos malas pasadas, si es que no estamos atentos y las desconocemos en ese preciso momento. Entonces habrá que reconocer nuestras actitudes y las de la otra parte tanto como reconocer nuestro M. de R. y el de la otra parte. Es cierto que el desconocimiento de nuestras actitudes y M. de R. puede aumentar el grado de incertidumbre. Para superarla, el enfoque Sistémico nos señala que podemos superar las incertidumbres porque poseemos el atributo de la viabilidad, es decir la habilidad de responder a estímulos no previstos de manera apropiada. Esencialmente se trata de la habilidad de poder reconocer la necesidad de cambio o adaptación a las nuevas condiciones. (9)

El reconocimiento de esta necesidad será factible si estamos en condiciones de poder modificar nuestro M. de R. Esto es fundamental desde el rol del negociador o del coach, ser flexibles con nosotros mismos para poder serlo con los demás. Sabemos que las referencias que nos han sido útiles hasta ahora, pueden estar actuando en contra de las nuevas situaciones de incertidumbre, para generar un pensamiento estratégico que nos permita encararlas con éxito.

Sintetizando, el comportamiento de cada uno se basa en su M. de R .y a él nos remitimos constantemente. Todos los seres humanos tienen un repertorio habitual de comportamientos con los que van a abordar a otros, los que a su vez suelen tener algunas maneras de responder a estos comportamientos. Estas respuestas también se encuentran entre las habituales que recibe el que las provocó. De esta manera se va reforzando el M. de R. Percibo al mundo así, me conduzco en él de acuerdo a cómo lo percibo, lo que recibo como respuesta es siempre lo mismo, reafirmo así mi percepción del mundo. De acuerdo a mi M. de R. "esperaba" esa respuesta, la recibo, conformo mi modelo.

EL PREJUICIO PERCECPTUAL

Pautas regulares de comportamiento producen pautas regulares de respuestas en el medio que nos afirman nuestro modelo del mundo. Esto suele llamarse desde distintos enfoques teóricos, profecías auto cumplidas (Paul Waztlawick) circuitos autoperpetuantes, compulsión a la repetición (Freud) o, desde nuestra óptica transdisciplinaria, prejuicio perceptual. El modelo o M. de R. del mundo pasa de esta manera a ser incuestionable: el mundo es así, no es que yo lo perciba así. Pasa a constituirse en mi verdad y, desde la manera antes descripta, en la verdad. Así se constituye en la base de todo conflicto. Así surgen nuestras interpretaciones del mundo o de cualquier situación.

Las personas inseguras necesitan de su verdad para asegurarse y abroquelarse en ella. Mientras que las personas seguras, en cambio, indagan en las experiencias de los demás para ampliar su conocimiento, luego decidirán si las incorporan o no a sus M. de R. Esta actitud les permitirán ubicarse desde distintos puntos de vista ("hay otros modos de observar lo mismo"), otras decodificaciones, otras interpretaciones del mundo, de cada hecho, lo cual les brinda la posibilidad de conducirse de distintas maneras, generando muchas alternativas y ampliando su manera de percibir.
Como podemos observar en los encuentros cuando necesitamos buscar acuerdos la empatía juega un papel muy importante. La hipótesis que desarrollamos en el Centro de Investigación en Comportamiento Humano, bajo la coordinación del Lic. Roberto Campitelli (5), sostiene que todo ser humano reacciona de acuerdo a lo que percibe en su medio y conforme a su M. de R., buscando establecer una estrategia que le permita ejercer el control de las variables en juego, que le brinden el nivel de seguridad indispensable para poder resolver los campos de incertidumbre generados por los cambios que pueden amenazarlo y restarle oportunidades.

A su vez más recientemente, Peter Belohlavek (10) descubridor de la estructura del concepto y creador del enfoque Unicista señala, con acierto, que la percepción es la síntesis de todos los sentidos actuantes, destacando que los seres humanos tendemos a percibir aquello que nos resulta conveniente y distorsionar aquello que nos resulta amenazante. ”Esta conducta hace a toda la naturaleza humana” afirma y luego enuncia una comprobación fundamental:

“Sólo tienen una buena capacidad de percepción aquellas personas que tienen una adecuada valoración de sí mismos, lo que les permite un grado de discernimiento entre el afuera y el adentro de ellos mismos.” El observador es, indudablemente parte del medio que observa, por ello influye en él y, al mismo tiempo, es influido por él. (Cibernética de segundo orden de Heinz von Foerster):

Alcanzar un grado de objetividad de la observación implica, por ende, un nivel de autoconocimiento importante que requiere de una fuerte autovaloración. Es esta valoración la que permite tomar estímulos externos que potencialmente, modifiquen la inserción del ser humano en el medio. El tomarlos, lo obligan a una modificación de conductas que sólo puede imaginarse quienes se sienten capaces de desarrollar nuevas acciones”.

Entonces la percepción –sigue Belohlavek- no se basa en opiniones, a pesar de que es uno de los caminos para abordarla. Las opiniones, en la medida que carecen de fundamento, desvían al ser humano en su camino a percibir la realidad” (10).
Por eso que si en nuestro M. de R. contamos con muchas opiniones en lugar de conocimientos la distorsión de la realidad será grande, como suele ocurrir en los debates televisivos en donde todos opinan pero no se establece un conocimiento cierto al cual atenerse.

Entonces será necesario tener en claro que nuestro M. de R. es el que nos permite manejarnos en este mundo y que no es idéntico al territorio que describe e interpreta. El mapa nunca es el territorio, es solo el M. de R. que tenemos del mundo. Ya Korbzyzki en 1933 señalaba con acierto “el mapa no es el territorio”.

Siendo la negociación un caso particular de comunicación humana en donde buscamos un acuerdo, nuestras actitudes y prejuicios perceptuales estarán presentes en todo proceso de negociación y puede jugarnos malas pasadas, si no estamos atentos y las desconocemos en ese preciso momento. Entonces habrá que reconocer nuestras actitudes y las de la otra parte tanto como reconocer nuestro Marco de Referencia y el de la otra parte. Esencialmente se trata de la habilidad de poder reconocer la necesidad de cambio o adaptación a las nuevas condiciones.
El reconocimiento de esta necesidad será factible si estamos en condiciones de poder modificar nuestro M. de R. Esto es fundamental desde el rol del negociador, de coach, ser flexibles con nosotros mismos para poder serlo con los demás. Sabemos que las referencias que nos han sido útiles hasta ahora pueden estar actuando en contra de las nuevas situaciones de incertidumbre para generar un pensamiento estratégico que nos permita encararlas con éxito.

¿Cuantas organizaciones laborales fueron desapareciendo por no adecuarse a los cambios que llegaron vertiginosamente? ¿Cuántas de ellas se mantuvieron en el
prejuicio perceptual que les impidió y les impide actualmente modificar el M. de R. sobre las situaciones cambiantes del medio ambiente en donde operaban?
Carlos Médico Algañaraz, nuestro asociado, llama a esta situación retronoción (11) por estar operando en nosotros desde un tiempo pasado y acríticamente. Y pese a saberlo, recurrimos a menudo a esta retronoción por ser más cómodo que ponerse a pensar la nueva situación que se nos presenta.

Creemos que las organizaciones laborales, tanto como el ser humano - y al ser aquéllas una proyección continua de éste -, son hologramas a los que se puede acceder por cualquiera de las partes que la componen (subsistemas del sistema que integran).

Y esto es lo que ocurrirá en nuestro país si las instituciones de todo tipo no se adecuan a la nueva situación y persisten en estrategias, exitosas en otras situaciones, pero ante la realidad única y cambiante ya no son las adecuadas.
El proceso de centrarse en la experiencia se va construyendo en una praxis cotidiana - siguiendo a Merleau Ponty - es decir, en una interacción continua con ese particular mundo que son las distintas situaciones por las que atravesamos y que nos llevan a ampliar continuamente nuestro M. de R.


 


(1) Sun Tsu: “El arte de la Guerra”.Liderazgo y estrategia. Ed. Coyuntura.1997. En realidad se trataba del general  Sun Tse Ping Fa (siglo VI a J.C.) pero se lo conoce en Occidente como SunTsu.
(2) Korzybski, Alfred: “Science and Sanity”, 1933.The International Non-Aristotelian, Library & Publishing Company, Lakeville, Connecticut. USA.
(3) Primal. Se denomina así en psicobiología al grito con el que respondemos a la estimulación del obstetra ni bien nacemos.-
(4) Paradigma: Thomas Kuhn se refiere con este término a la concepción prevaleciente del mundo a nivel del pensamiento más alto, filosófico y científico, en un momento de la historia y el devenir de los tiempos. Ver Kuhn, T. “La estructura de las revoluciones científicas”, Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
(5) Campitelli, Roberto L.: El comportamiento humano, publicación del Centro de Investigación en Comportamiento Humano, Buenos Aires, 1988 y “De Babel a la Asamblea. Ensayo sobre la patología de la especie”. Ed. Argenta, Bs.As. 2007
(6)  Huxley, Aldous: “The door of perception”. Harper & Row, N.York. 1954., (hay edición en castellano “Las puertas de la percepción”, Editorial Sudamericana, 2001)
(7) Merleau-Ponty, Maurice”: Fenomenología de la Percepción”, Ed. Península, España, 1983.
(8) Rogers, Carl R. & KINGETT, Marian: “Psicoterapia y Relaciones Humanas”, Ed. Alfaguara, Barcelona, 1972.
(9) Chapiro. Jorge: “Poder y autonomía. Diagnóstico, diseño y gobierno de Organizaciones”. Ed. Manrique Zago, 1990. citando a Staford Beer en “Diagnosing the System”, John Wiley & Sons, 1985, NY. USA.
(10) Belohlavek, Peter : “Estrategia Unicista” ,Editorial del Unicist Institute de la Colección Back to basics, Buenos Aires, 2000.
(11) Medico Algañaraz, Carlos: La transdisciplinariedad o el re-encuentro con la persona, en Revista Psicología del Trabajo y las Organizaciones, Ediciones. A.C.A.P.I.L.,Mayo de 1993